Probablemente uno de los puntos más sensibles del acuerdo EEUU-Europa es la compra de GNL y petróleo norteamericano por más de 680.000 millones de euros. Aún hay muchas incógnitas tras este compromiso pero los expertos coinciden en dos grandes cuestiones. La primera, que pese a la magnitud de las cifras no cambia el suministro a corto plazo y, por lo tanto, no altera los precios. Lo segundo, que si bien no supone la inundación de gas que esa cuantía puede parecer ahora mismo, sí hipoteca el futuro y la autonomía energética de Europa al comprometerse a tales cantidades que ahora pueden buscarse… pero que la dinámica del mercado no tiene por qué apoyar.
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